Florecía en ese momento la incertidumbre, temía por mi regreso a tierra natal, a gobiernos y ciudades sumisas a la violencia inherente, a la inmoralidad y principios decadentes; pretendía retornar a aquella calle polvorienta donde el civismo yacía muerto junto a la sangre derramada y notar crudamente la agonía de nuestro patriotismo.
¿Era sensato acaso seguir un llamado que durante años opté callar? Huir fue desde el inicio una opción viable y lógica.
¿Era locura anhelar un trabajo ostentoso después de años de sacrificio?.
"Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia". Génesis 6:11
En una sociedad corrupta, donde el mal gobierna, aún restan unos pocos que despiertan al alba sonrientes, y mantienen un espíritu optimista, no buscan utopías, mas bien se aferran a su trabajo digno y arduo, esforzándose diariamente, y en cada gota de sudor encuentran fuerzas; no sucumben ante el miedo, ni ante los gritos de aquellos que corren escapando a las balas, sirven y buscan mejorar en su labor, defienden al desprotegido y persisten. Y ante las adversidades crecen. Aman, aunque no sean amados.
"Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas ;correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán". Isaías 40:31
No busco criticar a quienes ya cansados optan no luchar, ni cuestionar las razones que los marginan a abandonar todo, busco solamente señalar: "Juntos: Un mundo mejor es posible".
A ustedes, que mantienen la esperanza tenue: Dios los bendiga.
A tí, que contagias amor y candidez humana: Gracias.
A tí, que te escudas en rencor y justificas tu maltrato: Cristo te ama.
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