10 feb 2014

Armenia Bonito, una comunidad de contrastes.

Armenia Bonito: una comunidad, que por años ha albergado desolación, muerte ,catarsis y exilio de familias enteras por la violencia creciente, la ausencia de principios ético-familiares y la incapacidad en la familia de cumplir uno de sus propósitos fundamentales: forjar a sus hijos con valores, amor y respeto por el prójimo, fomentar valores cristianos y la necesidad de crecimiento personal, espiritual y profesional , para convertirse en alguien de bien, útil a la sociedad ; sin olvidar la deprimente participación de autoridades gubernamentales y educativas en la formación de nuestra juventud, cada vez más tentada por lo banal y perecedero. Sin embargo, esta comunidad que mantiene algunas aristas inquebrantables: vivencia en comunión, legados familiares que mantienen sus valores y moral intachable, aún existe la sonrisa y la esperanza férrea en días mejores, sin la zozobra constante, ni la incertidumbre del mañana.

Futuro: Panorama cada vez más incierto, entre tecnologías, deshumanización y la absurda postura de estar "a tono"  con los cambios ( positivos y negativos) , ajenos e incapaces de notarlo, todo cambió, nuestros jóvenes, nuestros hijos,  padres y hermanos, las iglesias, las necesidades y hasta la forma de ver un horizonte; fuimos permisivos, tolerantes y dejamos de ser críticos y humanos. Erramos y lo continuamos haciendo. Sin una pizca siquiera de querer enmendar el momento donde perdimos el hilo.

Hoy, abrió sus puertas el primer Centro Educativo Presbiteriano en la Comunidad Armenia Bonito,en el extremo suroeste de La Ceiba; 24 jóvenes, hoy tienen la oportunidad de educación privada y accesible, donde gozarán su plan de estudios, inglés norteamericano y computación.

Mi comunidad crece, y con ello, sus perspectivas a corto y a largo plazo, ¿Cuanto beneficia recibir educación bajo preceptos cristianos, estándares de calidad y regulaciones tecnológicas? 

Atestiguar este sueño vuelto realidad, donde ahora en esta comunidad rural : funciona una clínica comunitaria y un centro de educación media, me recuerda cuan pequeño soy y cuanto debemos agradecer a mi Dios.

A quien lo hizo posible: Gracias.



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